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foto de portada: Cruzando tierra
americana durante el segundo ferry de TBM,
el A-502 tripulado por el G/M
W. Aguirre, Tte. Ing. Matías Scherschener y Mro. F.
Ledesma. |
Introducción
Año 1949. En una operación sin precedentes, tripulaciones
aeronavales uruguayas cruzan las Américas en una misión de
transporte de material aéreo para nuestra Armada Nacional.
Al año siguiente se repetiría con total éxito similar
recorrido, esta vez incluyendo una escuadrilla de aviones de
entrenamiento.
Durante 1950 una numerosa formación de
aviones navales junto a sus pares de la Aviación Militar
vuelan en homenaje al padre de la patria, el Gral. José G.
Artigas con motivo de los cien años de su fallecimiento.
En 1951 la intensa actividad en la formación
de pilotos se ve alternada con vuelos de patrulla,
fotografía y prácticas de radar.
Al llegar 1952 la Armada Nacional vive un
momento de plenitud. Se incorporan los Destructores Escolta
DE1 "Uruguay" y DE2 "Artigas", y a su arribo al país los
elementos que componen su complemento aéreo les reciben en
un momento recordado por su significación.
1953 marca una emergencia que con fortuna y
pericia del piloto llega a buen fin.
Al año siguiente se suceden los vuelos y se
debe asistir con impotencia a una de las tragedias más
dolorosas enfrentadas por nuestra nación.
En 1955 nuestras dotaciones participan en
numerosos vuelos de patrulla por las costas del río Uruguay.
Los sucesos en la República Argentina lo obligan. A su vez
una gran formación hace su homenaje a las nuevas autoridades
que asumen el gobierno de nuestra República.
1956 marca la llegada de nuevas aeronaves de
patrulla y con ello el retiro de otras usadas con ese
propósito.
En 1957 se efectúan los últimos vuelos y
durante 1958 se da de baja a las aeronaves que motivan este
artículo y que fueran directas protagonistas en los eventos
que se mencionan.
A continuación profundizaremos en ellos y
en algunos más, para conocer la historia de los Torpederos Grumman TBM Avenger en la Aviación Naval
Uruguaya, desde 1949 a 1958.
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Los TBM, perfil de su historia
El Grumman Avenger (Vengador) TBM tuvo su mayor y más eficaz
actuación durante la Segunda Guerra Mundial, siendo
utilizado con mayor intensidad en el frente del Pacífico,
tanto desde bases terrestres como embarcado. El proyecto,
encargado por la Marina de los Estados Unidos en abril de
1940, mostró su prototipo el 1 de agosto de 1941, ocasión en
que se realizó el primer vuelo de prueba. Posteriormente en
diciembre del mismo año, se completaría la fase evaluativa.
Inmediatamente la Grumman, recibe un importante pedido y
junto a la Eastern Aircraft, se abocan a la tarea de cumplir
con las exigentes entregas de aeronaves para ser enviadas al
vasto teatro de guerra. De acuerdo a esto la U.S. Navy,
recibe los primeros Avenger, los cuales son destinados al
escuadrón VT-8, en enero de 1942. Como primer examen, los
robustos torpederos
participarían en junio del mismo año, y
a bordo del portaaviones Hornet, de la Batalla de Midway.
Los TBM en ese período equiparían a la Armada
de los Estados Unidos, a la Armada Británica - con
aproximadamente 700 unidades conocidas con el nombre de
Tarpon, y en número de 63, a las Reales Fuerzas Aéreas de
Nueva Zelanda. Innumerables misiones harían de los pesados
torpederos una eficaz arma de guerra, que pese al alto
riesgo de los ataques se ganaría con justicia el aprecio de
las tripulaciones encargadas de su operación.
Llega el fin de la guerra. Pese a esto se
continuaría su utilización por parte de la U.S. Navy, hasta
el año 1954. Otros países contarían entres sus dotaciones
con el TBM, entre ellos Canadá, Holanda, Francia, Uruguay, y
en forma paradójica el Japón, que años atrás había sabido de
los rigores del ataque torpedero del Avenger.
El
contexto histórico y geopolítico
Los años cuarenta llegaban a su fin. En ellos la humanidad
había tenido una de las más rigurosas pruebas en el curso de
su historia. Por esto lo más profundo y noble, así como lo
más triste y cruel de su condición, se habían visto llevados
a sus puntos más extremos. Afortunadamente y después de años
de intensas batallas se vislumbraba una esperanza.
Efectivamente, en los años inmediatamente
posteriores a la Segunda Guerra Mundial, se producirían
hechos auspiciosos. Como ejemplo de esto, el 26 de agosto de
1945, se fundaba la O.N.U. (Organización de Naciones
Unidas). Durante 1946 se juzgaba en Nuremberg a los
culpables de crímenes de guerra, dando así un ejemplo de
justicia a todo el mundo. En 1948, sucede otro hecho
significativo: es fundada la O.E.A. (Organización de Estados
Americanos).
Mientras tanto nuestro país, desde 1947 ve
regido su destino por el Sr. Luis Batlle Berres, sucesor
como Presidente de la República del Sr. Tomás Berreta,
fallecido durante su ejercicio en aquel año. Al llegar 1949,
Uruguay pasa por un período de grandes logros. Lo social y
lo cultural se ven en pleno desarrollo, así como ya se
comenzaba a vivir la gloriosa campaña de los deportistas
uruguayos que al año siguiente conquistarían en el hermano
Brasil, el Campeonato Mundial de Fútbol, marcando un hito en
nuestra historia deportiva.
Dentro de ese entorno mundial y nacional,
daremos lugar ahora, al relato de uno de los hechos -que por
sus características, marcaría en la historia de la Aviación
Naval Uruguaya un acontecimiento de indudable importancia
durante aquel año de 1949. Nos referimos a la primera misión
en la que nuestros efectivos aeronavales traen en vuelos
desde los Estados Unidos una dotación integrado por diez
aviones Grumman Avenger TBM.
(Ver:
"El ferry de 1950: algunas claves
históticas para explicarlo", por Pilotoviejo)
(Ver:
"Intrigas y geopolítica",
por autores varios)
(Ver:
"Gambito de Caballo - el fin de los B-25", por
José Palermo)

La Aviación Naval Uruguaya en 1949
Al finalizar la década del 40, la Aviación Naval Uruguaya,
entonces Servicio Aeronaval, cumplía sus primeros 25 años de
existencia. Atrás quedaban los años de dudas, de esforzadas
y a veces empecinada luchas en pos de demostrar la necesidad
de su utilización. También quedaban nombres como los de
Botto, Pradines, Curbelo, Lluveras, Güimil, Flores y Méndez,
compañeros que habían caído en cumplimiento de su deber. En
ese tiempo se debía también abandonar las instalaciones del
primer hogar, la Isla Libertad, y pasar a ocupar con la
totalidad de efectivos y materiales la recién inaugurada
Base Aeronaval No. 2.
De a poco se iba midiendo la importancia del
apoyo aéreo para nuestra modesta escuadra naval, en esa
época formada por una corbeta (Maldonado) y tres
Guardacostas (Salto, Río Negro y Paysandú). Pese a todo el
Servicio Aeronaval, contaba con un buen grupo de oficiales
pilotos e ingenieros así como personal de mantenimiento
fogueado cada uno en su especialidad.
En aeronaves la dotación era de un avión
anfibio Grumman J4F, tres hidros Sikorsky OS2U-3, y tres
Fairchild PT-23 de entrenamiento. A esto se sumaba la
flamante base y el comando de un oficial que conocía desde
sus inicios los avatares del servicio que a partir del año
1942 había quedado a su cargo. Nos referimos al entonces C/F
Horacio Bogarín, veterano piloto naval quien entre otras
cosas, era integrante de la primera tanda de oficiales
destinados al Servicio Aeronaval. Durante su comando se
viviría una etapa de franco desarrollo, al punto que en ese
período de 1942 a 1956 se recibirían 31 aeronaves, todas
ellas traídas en vuelo desde los EEUU por personal propio.
(Ver:
"Historia de los Kingfisher en la
Aviación Naval del Uruguay", por Nelson
Acosta)
La misión a los Estados Unidos
Como ya hiciéramos mención, nuestra Armada Nacional contaba
con una muy limitada cantidad de unidades navales para
cumplir con los objetivos para los cuales había sido creada.
Esto se veía con más preocupación desde el punto de vista de
una posible agresión; por ello y de acuerdo a las
posibilidades del país y ante ventajosas propuestas desde
los EE.UU., se pensó en incrementar nuestra capacidad
defensiva con aviones de combate especializados en la guerra
naval.

Primer TBM en volar luego de su
preparación en Cobell Industries,
frente a la Torre de Control de
Meachan Field, en Fort Worth,Texas. |
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Para ello, se logró por parte del
gobierno uruguayo la firma de un contrato de
compra para la adquisición de 16 aviones Grumman
Avenger TBM con la empresa "Cobell Industries
Inc.".
Los mismos, pese a ser remanentes
de la guerra mundial serían acondicionados y
modernizados por la empresa norteamericana, con
el apoyo de un grupo de técnicos de nuestra
Aviación Naval.
Dichos aparatos serían entregados
en dos tandas: en 1949 una integrada por diez
aeronaves, y en el correr del año 1950, se
entregarían las seis unidades restantes. |
Hasta aquí lo material; la preparación de los pilotos y los
técnicos se llevaría a cabo en bases navales de los Estados
Unidos. A saber: Corpus Christie y Grand Prairia. A la
instrucción, se sumaban cursos de sobrevivencia en el mar y
en la selva (debe tenerse en cuenta que el viaje hacia
nuestro país la mayor parte del vuelo se haría sobre el
océano o áreas selváticas). El personal asignado estaba
integrado por 10 oficiales pilotos, 2 oficiales ingenieros y
28 Sub-Oficiales, Cabos y Marineros.
Cabe agregar que la experiencia del personal naval uruguayo
no sólo se vio enriquecida desde el punto de vista puramente
profesional, sino que también los lazos de amistad que se
formaron con la población de los lugares en donde se llevó
adelante la instrucción y preparación de las aeronaves fue
tan estrecha, que al año siguiente de cumplirse esta primer
misión - 1950 - las fuerzas vivas de la localidad de Fort
Worth, Texas, declaró en un grato homenaje "Ciudadanos de
Honor" a los pilotos uruguayos. De esta forma se aunaban en
un hermosos gesto, los lazos de dos pueblos que tenían y
tienen, un común ideal de amistada y libertad. |
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Algunos de los pilotos y técnicos.
De Izq. a derecha A/N Adhemar Torres, T/N Miguel Cabrera, A/N Sarandí Araújo,
T/N Omar Aguirre, T/N Gastón Larrañaga, T/N Enrique
Falco.
En cuclillas: S/O
Angel Papis, G/M Celestino Meza,
C/Ing. Carlos Martínez Labadie, S/O
Valentín Dábila. |
Los primeros vuelos de cada uno de los TBM y el nombre del
oficial encargado de la prueba.
avión |
tripulación |
fecha |
A-554 |
T/N Omar Aguirre |
28 julio 1949 |
A-503 |
T/N Omar Aguirre |
29 julio 1949 |
A-502 |
T/N Omar Aguirre |
1 agosto 1949 |
A-556 |
T/N Gastón Larrañaga - A/N Adhemar Torres |
2 agosto 1949 |
A-557 |
T/N Miguel Cabrera - A/N Sarandí Araujo |
5 agosto 1949 |
A-504 |
T/N Omar Aguirre |
5 agosto 1949 |
A-558 |
T/N Omar Aguirre |
15 agosto 1949 |
A-555 |
T/N Omar Aguirre |
18 agosto 1949 |
A-508 |
T/N Omar Aguirre |
19 agosto 1949 |
A-505 |
T/N Omar Aguirre |
23setiembre 1949 |
A-506 |
T/N Omar Aguirre |
26 setiembre 1949 |
A-501 |
T/N Omar Aguirre |
10 noviembre 1949 |
A-507 |
A/N
Sarandí Araujo |
6 febrero 1950 |
Por su parte y siempre marcando los primeros vuelos en los
Estados Unidos encontramos que el A-551 lo haría el 11.11.49
al mando del T/N Enrique Falco, el A-552 el 21.11.49 con el
T/N Omar Aguirre y por último el 28.10.49 le tocaría el
turno al A-553 con la tripulación formada por el T/N Omar
Aguirre acompañado por el C/Ing. Carlos Martínez Labadie. En
estos últimos casos si bien figuran como primeros registros
no lo hacen como vuelos de prueba sino como de transporte de
material o instrucción.
Como forma de complementar la anterior información debemos
agregar los vuelos iniciales de los entrenadores "Texan"
SNJ.
avión |
tripulación |
fecha |
A-520 (posteriormente A-251) |
T/N
Omar Aguirre
C/Ing Carlos Martínez Labadie |
24 de mayo de 1949 |
A-521
(posteriormente A-252) |
T/N Omar Aguirre |
9
de junio de 1949 |
A-522 (posteriormente A-253) |
T/N Omar Aguirre |
22 de junio de 1949 |
De ahí para adelante, y luego de su renacer ya con los
colores de la patria, una nueva oportunidad para los aviones
de nuestra Armada Nacional.

Pilotos del primer ferry de TBM: G/M Celestino Meza, A/N Adhemar Torres, A/N Sarandí
Araújo, T/N Miguel Cabrera,
T/N Omar Aguirre, T/N Gastón
Larrañaga y T/N Enrique Falco.
La primer misión en vuelo desde los
Estados Unidos
Los aviones, las tripulaciones, las escalas
Luego del intenso trabajo y preparación, llega diciembre de
1949.
Sobre la planchada del Aeropuerto de Grand Prairia, se
hallan alineados los TBM, con una particularidad: en sus
planos la gloriosa enseña del padre de la Patria, el General
José G. Artigas, junto al ancla que señala la
condición de avión naval. En el timón de dirección, la
bandera uruguaya con los colores por los cuales se vibra
cada vez que se la ve donde quiera que esté. A su bordo, 10
pilotos y 16 técnicos prontos para el gran vuelo que los
llevará a la Patria. |
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Los motores en marcha, las alas
desplegadas, la vital fuerza del poderoso "redondo" y el
corazón humano actúan juntos como si fueran un todo y por
fin se deja libre el freno que da paso al carreteo del
primer ¡¡Torpedero Uruguayo!!
Sale luego el segundo, y luego todos.
Decolaje y el vuelo a la primera escala: son diez los
aviones y 26 los tripulantes. La fecha, el 5 de diciembre de
1949.
Las tripulaciones,
encabezadas por el Comandante de la Aviación Naval el C/F Horacio Bogarín, quien acompañado por el S/O
Nelson Guerín,
volaba el TBM A-554:
A-554 - C/F Horacio Bogarín, S/O
Nelson Guerín A-506 - G/M Celestino Meza, Cabo G. Domínguez, Mro.
F.Ledesma. A-556 - T/N Omar Aguirre, S/O
Angel Papis, Mro. A. Maggi. A-504 - T/N Gastón Larrañaga, Cabo B. Sosa.
A-558
- T/N Miguel Cabrera, S/O
Eliseo Sosa, S/O Platón
Rey. A-553 - A/N Sarandí Araujo, Cabo E. Chocho, Cabo F.
Figueredo. A-505 - G/M Washington Aguirre, Mro. O. Muniz.
A-551
- T/N Enrique Falco, C/Ing. Carlos Martínez.
A-552
- A/N Adhemar Torres, S/O
Santos Rey Correa, Mro. R.
Vignole. A-557 - A/N Gustavo Mestre, S/O
Valentín Dábila, Mro. L.
Rojas.

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Las escalas: |
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5/12/49
Grand Prairia - Pensacola |
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9/12/49 Pensacola - Miami |
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12/12/49
Miami - Guantánamo (Cuba) |
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13/12/49 Guantánamo - San
Juan (Puerto Rico) |
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14/12/49
San Juan - Isla Trinidad |
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15/12/49 Isla Trinidad -
Zandery (Guayana Holandesa) |
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16/12/49
Zandery - Belem (Brasil) |
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17/12/49 Belem - Natal
(Brasil) |
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18/12/49
Natal - Victoria (Brasil) |
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20/12/49 Victoria -
Florianopolis (Brasil) |
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21/12/1949
Florianópolis - CAPITÁN CURBELO (Uruguay)
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Las diferentes etapas se cumplirían con total seguridad, no
sólo en cuanto al personal, sino también con respecto al
material. El vuelo se completaría con el total de aeronaves
operativas y sin ninguna emergencia mayor. Solamente en dos
oportunidades, y afortunadamente sin consecuencias, se
producirían inconvenientes técnicos que por lógica en una
operación de esas características, era de esperar
ocurrieran. El primero sucedería en la escala de Trinidad a
la Guayana Holandesa al producirse una falla por la cual el
A-505, a cargo del G/M Washington Aguirre, no lograba subir
el tren de aterrizaje. A raíz de esto y comunicado el
percance en pleno vuelo al Comandante Bogarín, este decidió
que continuara volando con la escolta del A-506, al mando del también
Guardiamarina Celestino Meza. Afortunadamente dicho problema
fue superado sin inconvenientes pese a volar con
dificultades y

Durante el vuelo a la patria el a-553 cruza el
cielo americano.
A bordo el A/N Sarandí Araújo |
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completar la etapa mucho después que las
otras aeronaves. (Es de imaginar que el tren actuaba
como un pesado freno para la correcta operación del
torpedero).
La segunda situación el tocó al A-554, justamente a cargo
del Comandante Bogarín y teniendo también el tren de
aterrizaje como centro del problema. Esta vez, el mismo no
respondía para ser bajado.
Luego de varios intentos se logró
por fin, su correcta operación, superando así el angustiante
momento. |
También corresponde al Comandante Bogarín, un gesto que lo
enaltece. Durante el viaje hacia nuestro país, el envió al
C/A. Atilio Frigerio (fundador de la Aviación Naval
Uruguaya) un telegrama en el cual el Jefe en ese momento
demostraba su agradecimiento al ya retirado oficial naval.
El mismo decía:
"Todo lo debemos a su lucha y devoción por el servicio"
La llegada a nuestro país
El lugar Florianopolis. En la pista, los diez torpederos se
alistan para su última etapa. En unas horas más la llegada,
y con ella la satisfacción del deber bien cumplido. Sin
complejos, con profesionalismo, con el sano orgullo que da
servir a la patria.
También la familia, los amigos y los
camaradas de armas esperan ansiosos la llegada de los
Avenger y con ellos el nuevo desafío de una Aviación Naval,
más preparada para cumplir con la misión asignada. En Capitán Curbelo, desde temprano, todo es nerviosismo y
movimiento. A las 11.30 horas en un avión "Navion" de la
Aeronáutica Militar arriba el Sr. Presidente de la
República, Don Luis Batlle Berres, acompañado por el
Director de la Aeronáutica Militar Coronel Oscar Sánchez, el
edecán del mandatario C/C. Mariano Perona y el Mayor Mario
Arenas, piloto de la aeronave. En la Base se encuentra el
Sr. Ministro de Defensa Nacional, Dr. Francisco Forteza, el
Sub-Secretario de Defensa Nacional, Sr. Roberto Ferrerías
Ferla, el Inspector General de Marina C/A. Alfredo Aguiar,
el Inspector Gral. del Ejército Gral. Carlos Iribar y un
numeroso público formado por familiares, amigos y personal
de la Armada Nacional.
En el aire los diez Grumman ingresan al territorio nacional.
En su encuentro los reciben diez aeronaves de la Aviación
Militar, primer saludo a cargo de los pilotos militares, a
partir de ahí, continuarían a la par de sus colegas
aeronavales.
Aproximadamente a las 12.15 y en apretada formación llegan
los torpederos. A su frente el A-554 del C/F Bogarín. La
emoción es indescriptible. De a uno van aterrizando y en
perfecto orden se disponen frente a las autoridades y el
gran número de personas que han llegado a recibirlos. Por
fin y luego de plegar los planos y apagar los motores,
descienden sus tripulantes que se forman al frente de sus
aeronaves. A continuación se adelanta el Inspector General
de Marina C/A. Alfredo Aguiar, quien recibe el saludo del
C/F Bogarín que en forma por demás llena de satisfacción le
dice -Señor, misión cumplida.
El Sr. Presidente a su vez, hace uso de la palabra
registrando lo que es el sentir de nuestro pueblo siempre, y
que señala de por sí, la vocación de respeto y de paz que ha
sido fiel demostración del ser nacional.
"-Estos aviones, que acaban de llegar para incorporarse a
nuestras fuerzas armadas, son manifestación, no de
militarismo, sino de espíritu de paz que quiere si dotar a
la República de los elementos mínimos, capaces de asegurarle
tranquilidad y defensa y podemos recordar con satisfacción
que la historia demuestra que cada vez que los uruguayos han
sido obligados por las circunstancias a defenderse, han
sabido cumplir siempre con su deber".

De esta forma se llegaba al fin de aquella primer misión en
vuelo desde los Estados Unidos. Por delante quedaba la
segunda misión que completaría la dotación de los T.B.M con
seis unidades más acompañadas por tres entrenadores North
American SNJ. Posteriormente, en 1952, se cerraría aquella
etapa brillante de nuestra Aviación Naval con la llegada de
diez Cazas "Hellcat" F6F, el escolta ideal para los
torpederos TBM.

Junto al Presidente de la República Sr. Luis Batlle Berres,
todos los integrantes
de la dotación de nuestra Aviación Naval que
cumpliera la misión con los Avenger
Segunda misión con
TBM Avenger
desde EEUU,
junto a los North American SNJ
Año 1950
Para comenzar el trabajo que nos llevará a conocer las
alternativas que llevaron adelante nuestros aviadores
navales para cumplir con la misión que completaría la
dotación de TBM y los North American SNJ, lo primero que se
nos ocurrió, fue hacer un rápido paneo por el escritorio en
donde un tanto desordenado, se apilaban los materiales de
referencia a utilizar. Entre ellos, detuvimos nuestra
atención en una pequeña y algo ajada libreta azul, parte de
ese legado generoso que los protagonistas o sus familias, le
hacen a este rescatador de nuestra historia aeronáutica.
La misma perteneció en vida al S/O
Eliseo Sosa, quien entre
otras cosas fue parte de las dotaciones que desde 1949 a
1952 transportaron en vuelo los aviones TBM, S.N.J. y F6F.
Fue su hijo también llamado Eliseo, quien nos confió este
preciado documento.
En él, el S/O
Sosa fue detallando una a una las escalas
con hora de partida y llegada de los vuelos en los cuales
fue tripulante. Primero en el TBM A-508 junto al T/N Miguel
Cabrera y el S/O
Platón Rey y en la segunda tanda de 1950
en el A-503 esta vez con el T/N Omar Aguirre y el Cabo Omar
Muniz. Para el año 1952, el personal especialista
acompañaría los monoplazas F6F en un transporte Douglas
C-47.
Francamente conmueve, pasar una a una las páginas, ya que
uno percibe, en sus escritos - evidentemente hechos en cada
decolaje o aterrizaje - la emoción de aquellos marinos
aviadores. Hasta parece que en cada frase se nota la
vibración de la máquina, y a su vez, la del corazón del
ocasional historiador, al cual acudimos en espíritu, para
escribir estas líneas.
Hoy día a punto de cumplirse 50 años de aquellos vuelos,
afortunadamente esta parte de nuestra historia va quedando
registrada. A nosotros nos tocó la de nuestras alas navales,
una parte de tantas otras que en conjunto sirven para
mostrar el esfuerzo de una institución y su gente.
Pero pasemos ahora, al desarrollo, que nos dará los detalles
de la misión que traería al país la segunda tanda de aviones
formada por seis torpederos TBM y tres entrenadores North
American SNJ.
Los SNJ: un perfil de su historia
La década de los años 30, sería sin duda de gran importancia
para el desarrollo de la aviación mundial. Prueba de ello
fue la incorporación del Douglas DC-3, considerado uno de
los mejores aviones de transporte y que aún hoy día sigue
siendo noticia alguno de aquellos 13.000 originalmente
construidos. También en esa década se desarrollaría un avión
dedicado al entrenamiento y que se transformaría en algo tan
clásico y mítico como el mencionado transporte. Hablamos del
North American AT-6 conocido en su versión naval como el
SNJ. 
Más de 15.000 ejemplares serían construidos y
utilizados en diversos países de todos los continentes. Cabe
señalar que sólo el entrenador de origen soviético
Polikarpov PO-2 construido en unas 20.000 unidades,
superaría en número al avión de instrucción que nos ocupa.
Conocido como "TEXAN" en los Estados Unidos y "HARVARD" en
la R.A.F. (Royal Air Force). Había sido construido por la
empresa North American Inc. El proyecto derivado de una
línea de aviones de entrenamiento e inicialmente denominado
como NA-26, participó en un concurso establecido por el
U.S.A.A.C. (Cuerpo Aéreo del Ejército de los Estados Unidos)
en marzo de 1937 y terminó con el encargo de 180 unidades
por parte del Ejército de los Estados Unidos, y 400 más por
la R.A.F. designados como "Harvard I". Por su parte la U.S.
Navy (Armada de los Estados Unidos), encargaría 18 unidades
que con algunas modificaciones identificaría como SNJ 1.
Si bien su primer característica sería la de BC por combate
básico, no pasaría mucho tiempo paras ser cambiada por la de
AT, de entrenamiento avanzado, con la cual se lo conocería
hasta nuestros días. De esta forma se comenzaba el largo
camino que llevaría al AT-6, Harvard, SNJ a entrenar a miles
de pilotos en prácticamente todo el mundo. Cabe señalar que
otras funciones serían cumplidas y a su vez participaría en
numerosos conflictos armados en misiones de observación o
antiguerrilla. Entre ellos a principio de la década de los
50 en Corea.
Durante 1942, nuestra Aeronáutica Militar recibiría las
primeras unidades, siendo en su historia las primeras con
estructura metálica y tren retráctil, (sólo las superficies
de control eran enteladas). Por su parte nuestra Armada
recibiría sus tres primeros SNJ durante 1950. En total la
Aviación Militar contaría con 46 de estos aviones y la
Aviación Naval con 11, extendiéndose su utilización por más
de 50 años.
La segunda tanda, sus aviones, escalas y tripulaciones
Completadas las tareas de mantenimiento en los EEUU,
todo
se encuentra pronto para el esperado segundo vuelo. Esta vez
con una variación. La escuadrilla de seis TBM estaría al
mando del entonces T/N Omar Aguirre, mientras que la de los
SNJ sería comandada por el también T/N Miguel Cabrera.
Cabe
señalar que de acuerdo a la opinión
de algunos pilotos de
los Estados Unidos, señalaban que era una verdadera audacia
llevar en vuelo a los mencionados aviones, principalmente
los SNJ. Opinión motivada exclusivamente por las distancias
y por la naturaleza del territorio a sobrevolar, formado en
casi su totalidad por selvas y mar abierto.
Pese a todo las máquinas estaban prontas y la patria las
esperaba. Es así que uno a uno los aviones navales toman su
posición para iniciar la primera etapa . En cada una de
ellas se dispondría la partida anticipada de los SNJ ya que
por ser más lentos y de menor autonomía, sus mayores los
TBM, les daban cierta ventaja.
En los siguientes cuadros daremos el detalle de las
matrículas de los aviones, sus tripulantes y por último las
escalas con el registro de cada decolaje y aterrizaje que
tan celosamente marcara el S/O Eliseo Sosa en su avión el
TBM A-503, unidad esta del jefe de la escuadrilla T/N Omar
Aguirre.
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TBM
Avenger
A-503
-
T/N Omar Aguirre, S/O. Eliseo Sosa, Cabo Omar Muniz
A-558 - T/N Gastón Larrañaga, S/O. Nelson Guerín, Mar.
Marini
A-501 - A/N Adhemar Torres, S/O. Valentín Dábila, Mar.
Luis Rojas
A-507 - A/N Sarandí Araújo, Cabo Dominguez, Cabo E.
Chocho
A-555 - A/N Celestino Meza, Cabo Francisco Figueredo,
Cabo Benjamín Sosa
A-502 - G/M Washington Aguirre, T/Ing. Matías
Scherschener. Mro. F. Ledesma
SNJ
Texan
A-252 - T/N Miguel Cabrera, S/O
Platón Rey A-251 - T/N Enrique Falco, S/O
Angel Papis A-253 - A/N Gustavo Mestre, Mro. Andrés
Maggi
Las escalas (anotaciones del S/O Eliseo Sosa)
06/04/50 |
Dallas |
09.00 |
Pensacola (EE.UU.) |
13.05 |
08/04/50 |
Pensacola |
08.00 |
Jacksonville (EE.UU.) |
10.30 |
08/04/50 |
Jacksonville |
12.12 |
Miami (EE.UU.) |
14.25 |
12/04/50 |
Miami |
11.00 |
Camagüey (Cuba) |
13.40 |
12/04/50 |
Camagüey |
14.50 |
Guantánamo (Cuba) |
17.00 |
21/04/50 |
Guantánamo |
10.40 |
Puerto Príncipe (Haití) |
12.25 |
22/04/50 |
Puerto Príncipe |
08.20 |
San Juan de Puerto Rico |
11.35 |
24/04/50 |
San Juan P.R. |
10.20 |
Coolidge (Isla de Antigua) |
12.50 |
24/04/50 |
Coolidge |
13.45 |
Puerto España (Trinidad) |
16.55 |
25/04/50 |
Puerto España |
06.00 |
Atkinson (Guayana Brit.) |
08.30 |
25/04/50 |
Atkinson |
10.20 |
Cayena (Guayana Franc.) |
13.45 |
26/04/50 |
Cayena |
07.45 |
Belem (Brasil) |
11.30 |
28/04/50 |
Belem |
06.20 |
San Luis (Brasil) |
08.55 |
28/04/50 |
San Luis |
09.52 |
Fortaleza (Brasil) |
12.55 |
28/04/50 |
Fortaleza |
15.10 |
Natal (Brasil) |
17.15 |
29/04/50 |
Natal |
06.11 |
Salvador (Brasil) |
10.12 |
29/04/50 |
Salvador |
13.57 |
Caravelas (Brasil) |
16.23 |
30/04/50 |
Caravelas |
06.09 |
Santa Cruz (Brasil) |
09.01 |
01/05/50 |
Santa Cruz |
06.50 |
Curitiba (Brasil) |
09.32 |
01/05/50 |
Curitiba |
10.58 |
Porto Alegre (Brasil) |
13.32 |
02/05/50 |
Porto Alegre |
08.14 |
Cap. Curbelo (Uruguay) |
11.35 |
Las etapas serían cumplidas a plena satisfacción y con un
100% del material de vuelo y efectivos a la orden. Sólo dos
situaciones sacarían de la aparente rutina a nuestros
aviadores. Uno de ellos técnico, y que fue solucionado
gracias a la prevención tomada antes de iniciar el vuelo a
nuestro país.
Dicho inconveniente se produjo al llegar a Guantánamo y
comprobar que el motor del T.B.M A-501 presentaba problemas.
Luego de ser inspeccionado por nuestros técnicos, se
determinó que debía ser cambiado. Es así que luego de
comunicar la novedad a los Estados Unidos, se recibió
perfectamente acondicionado uno nuevo, parte del lote de
repuestos que esperaban por otras vías el traslado al
Uruguay.
El segundo caso, no perturbaría para nada
el desarrollo de los planes. Sí significaría para la
tripulación del TBM A-507 un momento que mencionamos por
lo anecdótico, y por querer ser fieles a situaciones que alternan la disciplina
con aquellas pequeñas travesuras que en definitiva son
comunes en cualquier profesión. |
|

Cabo E. Chocho a bordo del TBM
A-507 |
La desafortunada incursión al mundo animal
de un marino aviador
Uno de los tripulantes del TBM A-507 no resistió la
tentación y en una de las escalas compró un pequeño simio,
seguramente con el deseo de presentar al exótico animal a
sus familiares. En forma secreta para no enfrentarse con la
posible negativa del piloto de su avión - en este caso el
entonces T/N Sarandí Araújo, llevó a su mascota al interior
del torpedero.
Muy bien. Todo pronto. El avión en cabecera, su piloto a
cargo de los controles, y se comienza la carrera del
decolaje. Por un lado el ruido del motor, por otro las
lógicas vibraciones y la sensación que da la violenta
aceleración. Todo muy natural para nuestros aviadores, pero
para el monito "su primer vuelo", y como es de imaginar sin
prepararlo y sin consultarlo.

T/N Sarandí Araújo y su Avenger
A-507 durante el ferry
Se aprecian abiertas las puertas
del alojamiento del torpedo |
|
Justo en ese crítico momento, el error fatal.
Su dueño se
distrae y el simio enloquecido de terror, se escapa de su
escondrijo.
En la loca carrera por el interior del torpedero va a parar
justo e la cabina del piloto, por esos instantes a punto de
decolar su máquina. Por un lado el rostro del aterrado
animal, por el otro la faz del sorprendido Teniente Araújo.
Sólo la experiencia, permitió a nuestro piloto y de acuerdo
a sus propias declaraciones, optar por seguir su vuelo y no
interrumpirlo para desalojar el inoportuno polizón de su
aeronave.
Luego de pasado el susto y dominada la mascota, cuenta la
historia que el siguiente susto lo llevó el dueño del
escurridizo animal. Pienso que es obvio para los lectores -
principalmente los militares - saber quien se lo dió. |
La misión estaba cumplida, al llegar el 2 de mayo de 1950 a
Capitán Curbelo, las escuadrillas en perfecta formación
sobrevolaban la Base y eran esperadas por numerosas
personalidades y familiares.
Otra vez se vivía el grato momento de meses antes cuando
llegaran al país los primeros Avenger.
Por delante quedaban años de nuevas experiencias con los TBM
y la posibilidad de entrenar al personal con aeronaves que
darían el justo complemento a los nobles PT-19.
Pronto las tripulaciones partirían nuevamente a los Estados
Unidos, esta vez a preparar el vuelo de los Hellcat F6F.

Los TBM Avenger y su etapa
operativa en el Uruguay, 1949 - 1958
Durante los años 1949 y 1950 el comando de la Aviación Naval
había volcado sus esfuerzos materiales y humanos en las
tareas de mantenimiento e instrucción tendientes a los
vuelos que traerían al país los 16 Torpederos TBM Avenger y
tres entrenadores North American SNJ "Texan". Prácticamente
el total de efectivos tanto de pilotos como de personal de
mantenimiento se vería comprometido en aquel período de
tanta actividad y de desarrollo para nuestras alas navales.
Debemos recordar que en aquellos años apenas terminadas las
misiones con los Avenger se continuo sin pausa con un igual
proceso esta vez tendiente a la incorporación de un
complemento ideal para los pesados Torpederos, hablamos de
los cazas F6F "Hellcat" los cuales habían sido adquiridos en
número de doce y que llegarían al país durante el año 1952.
A continuación nos dedicaremos de lleno a su aplicación en
nuestro país.
Los primeros vuelos en el Uruguay, y la
dotación existente
Durante 1950 la dotación existente en las instalaciones de
la Base Aeronaval No, 2 estaba formada por un pequeño número
de aeronaves que a través de los años se habían ido
manteniendo a fuerza de continuo esfuerzo y debemos decir
con una alta cuota de imaginación y entusiasmo por parte de
los hombres destinados para ello. Tres eran los hidroaviones
"Sikorsky" OS2U, mayormente dedicados a las tareas de
vigilancia de nuestras costas y que desde el año 1942 lo
venían haciendo en forma permanente. A estos se sumaban tres
"Fairchild PT-19" volcados a la instrucción de los pilotos y
que pese a su condición de entrenadores puros cumplían con
otras necesidades en caso de ser necesario. Por último se
sumaba un anfibio "Grumman" J4F, autentico caballito de
batalla de nuestras alas navales y en el cual se escribirían
algunas páginas memorables del acontecer aeronaval.
Como se puede apreciar el hecho de contar con 7 aeronaves y
de un momento a otro aumentar ese número a 23 y en dos años
la llegada de diez unidades más llevaría a pensar en un
movimiento significativo en la organización de nuestra
aeronáutica naval. En si esto sería lo correcto pero en la
practica -por lo menos en forma sustancial- no fue así y
pese
al incremento en aeronaves se mantuvieron casi en forma
inalterable las dotaciones de personal de vuelo y
mantenimiento así como las partidas en el presupuesto. De
todas formas las dificultades que era de lógica esperar de
una forma u otra se tratarían de superar en una organización
que desde el principio y hasta nuestros días ha sabido lo
que es apelar al ingenio sobre los aportes materiales.
Durante el resto del año 1950 y luego de llegado los
torpederos se continuaría con los vuelos de instrucción
buscando la aplicación de los pilotos y a su vez la
formación de otros. Es en esto que varios oficiales
efectuarían sus vuelos solos de acuerdo al siguiente orden:
14 de agosto de 1950 |
A/N Claudinet Bernet |
A-553 |
14 de setiembre de 1950 |
G/M José Larralde |
A-505 |
14 de setiembre de 1950 |
G/M Américo Noble |
A-558 |
14 de setiembre de 1950 |
G/M Luis Rivero |
A-558 |
15 de setiembre de 1950 |
G/M Ruben Chelle |
A-556 |
Los primeros oficiales navales uruguayos en ser entrenados
por sus pares en las artes del piloto torpedero ya iban
desplegando sus alas.
Durante el correr de aquel año los Avenger también serían
presentados a su pueblo, efectivamente el 19 de junio y en
conmemoración del natalicio del Gral. José Artigas
participaría una escuadrilla de nuestros aviones formada y
tripulada de la siguiente forma:
A-553
G/M Washington Aguirre
|
A-557
A/N Sarandí Araujo |
A-558
T/N Gastón Larrañaga |
A-556
T/N Enrique Falco |
A-501
G/M Celestino Meza |
Otros vuelos en formación de desfile serían cumplidos
durante aquel año el primero durante los actos de homenaje
al Gral. José G. Artigas al cumplirse los cien años de su
fallecimiento ocasión que tomaría gran relevancia y en cuyo
desarrollo se realizara un imponente desfile militar con la
participación de delegaciones de numerosos países hermanos.
Por su parte nuestra Aviación Militar sobrevolaría con una
nutrida formación y su par aeronaval lo haría con un grupo
de nueve torpederos.
El mismo estaba formado de la siguiente
forma:
A-558 |
|
T/N Gastón Larrañaga |
 |
A-557 |
|
A/N Claudinet Bernet |
A-501 |
|
G/M Ruben Chelle |
A-551 |
|
T/N Enrique Falco |
A-552 |
|
A/N Sarandí Araujo |
A-506 |
|
G/M Celestino Meza |
A-505 |
|
A/N Adhemar Torres |
A-503 |
|
A/N Gustavo Mestre |
A-502 |
|
G/M Washington Aguirre |
Cerrando aquel año, el 30 de
diciembre se volvería por parte de nuestros marinos, a
realizar un nuevo vuelo de destaque, y este sería el que
contaría con mayor número de TBM durante todo el período
que cumplirían su servicio en nuestras alas navales.
Las aeronaves y sus tripulaciones en
aquella ocasión serían las siguientes:

Aquel primer año había finalizado, varios pilotos nuevos
habilitados para la operación de los torpederos se unían a
los ya veteranos en su utilización, una presentación formal
se sumaba a los homenajes al prócer, y por otra parte se
ampliaba la gama de utilización de nuestros aviones en otras
modalidades del vuelo naval.
Año 1951
Durante 1951 a lo habitual se sumarían otras tareas como la
realizada durante junio en la cual se presenta el primer
registro de un vuelo fotográfico a cargo del TBM A-552
tripulado por el A/N Gustavo Mestre acompañado por e G/M
H.
Musto. Por otra parte 25 de julio encontramos que el A-558
tripulado por el A/N Adhemar Torres, A-554 con el A/N Gustavo Mestre y el A-503 con el
A/N Celestino Meza
realizaban vuelos de inspección con radar.
Corresponde citar
a esta altura que nuestros Avenger si bien habían sido
adquiridos sin sus elementos puramente bélicos, cosa que se
esperaba lograr en otra etapa, sí se encontraban equipados
con equipos de radar que les permitían desarrollar de una
forma mucho más adecuada los vuelos dedicados a la patrulla
de nuestras aguas jurisdiccionales.
Desafortunadamente en toda su etapa y pese a los continuados
esfuerzos para su adquisición, nuestros Avenger nunca
pudieron contar con el armamento para el que estaban
diseñados, y en esto debemos decir que no solo con su arma
especifica el torpedo sino que no se llegó ni siquiera a
contar con las diferentes posibilidades para su carga con
bombas así como en ametralladoras. Todos los medios
disponibles en armamento serían utilizados en aquellos años
en armar los Cazas F6F, los Entrenadores SNJ y los hidros
OS2U. Algunos informes de la época hacían ver que la sola
compra de un torpedo para cada uno de nuestros aviones
superaba en precio al pago total de los dieciséis TBM. Pese
a esto la instrucción contemplaba las maniobras adecuadas
para el ataque con aquellos torpedos, que por una cuestión
de presupuesto nunca se llegó a tener en nuestros arsenales.
1952: un año auspicioso
La Armada incorpora dos modernos destructores y 10 cazas
F6F Hellcat
Durante muchos años nuestra Armada Nacional había venido
cumpliendo sus objetivos con unidades que en su mayoría no
eran las adecuadas para cumplir con amplitud las tareas que
le eran encomendadas. Por ello era común en el transcurso de
su historia, que se recurriera a embarcaciones mercantes o
en otros casos a oportunidades que ofrecían armadas de otras
naciones. Recién en nuestro siglo y en forma gradual se fue
contemplando en algo la incorporación de algunas unidades
que le fueron dando base a una armada más adecuada y
moderna, no sin dejar de lado la permanente realidad
motivada por lo menguado de las posibilidades económicas.
Quizás la primera adquisición importante estuviera dada por
el Crucero "Uruguay", el cual construido en Alemania fuera
incorporado durante el año 1910, a este le seguiría en 1936
los tres guardacostas italianos conocidos como "Salto", "Río
Negro" y "Paysandú" y por último antes de los Destructores
en 1944 la corbeta "Maldonado". Con estas unidades nuestros
marinos iban templando su profesionalidad y utilizando de la
mejor manera los elementos disponibles en la defensa de
nuestro mar. Por fin y luego de los trámites necesarios nuestro gobierno
aprobó la adquisición de dos destructores escolta en los
Estados Unidos elementos estos que de acuerdo a la opinión
de oficiales de la época se transformaron en poco menos que
una revolución técnica para todos los que en aquellos años
desempeñaban su trabajo dentro de la Armada Nacional.
Ambos Destructores identificados como D.E.1 "Uruguay" y
D.E.2 "Artigas", habían partido desde los Estados Unidos el
7 de mayo de 1952 y luego de cubrir diferentes etapas
llegarían a nuestro país el 20 de mayo, ese día a la hora
21.00 se fondearía en la bahía de Maldonado. Al día
siguiente las autoridades nacionales embarcarían a bordo del
"Uruguay" para presenciar una serie de ejercicios con ambas
unidades. De esa forma se brindaba un homenaje a nuestras
máximas jerarquías. Para el día siguiente se había preparado
una mayor actividad y en ella el recibimiento de las naves
por parte de la ciudad de Montevideo.
En horas de la mañana del día 22 más precisamente a partir
de las 08.12 zarpaban ambas unidades para encontrarse a la
altura de la Isla de Flores con el resto de la flota naval
formada por la Corbeta "Maldonado" y los Guardacostas "Río
Negro", "Salto" y "Paysandú". Desde ese punto se formaría en
línea hasta el puerto de Montevideo en donde se arribaría a
las 14.15 hs.
La Armada Nacional en su plenitud las nuevas y modernas
naves recibidas por sus pares y un poco más adelante el
pueblo que espera ansioso a sus familiares y amigos. La
fiesta es total y nuestra alas navales también marcaban su
presencia la cual esta representada por una formación de 8
aviones Torpederos Avenger TBM, 4 Cazas "Hellcat" F6F y un
Grumman J4F este último dedicado a tareas de fotografía.
El agrupamiento aeronaval dedicado al recibimiento aquel día
de los destructores había partido de Laguna del Sauce a las
13.11hs y estaba formado por las siguientes aeronaves y
tripulaciones.
Cazas navales
F6F-5 Hellcat |
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|
A-401
C/C. Carlos Mari |
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A-406
A/N Hugo Martini
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A-455
G/M José Larralde |
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A-453
G/M Luis Rivero |
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Torpederos TBM
Avenger |
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A-556
C/C. Omar Aguirre |
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A-551
A/N Adhemar Torres |
|
A-503
A/N Washington Aguirre |
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A-504
A/N Claudinet Bernet |
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A-508
A/N Celestino Meza |
A-505
T/N Enrique Falco |
A-552
A/N Sarandí Araujo |
|
|
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|
J4-F Widgeon SG-1
A/N Gustavo Mestre
 |
|
|
|
A-502
G/M Salvador Bravo |
|
Corresponde agregar a esta altura de nuestro relato que
afortunadamente se conserva una filmación en donde se puede
apreciar la llegada de los destructores y a su vez en un
corto pasaje el sobrevuelo de los ocho TBM de los cuales
hacíamos referencia anteriormente.
El resto de 1952 se mantendría con el ritmo habitual de los
vuelos con una sola variación que estaba dada por tareas
combinadas, ahora con la escolta de los cazas F6F recién
incorporados y por la realización de ejercicios con las
unidades de superficie. A esto se agregaban numerosas
misiones al interior del país destacándose en esto los
departamentos de Lavalleja y Florida.
(Ver:
"Historia de los Hellcat
uruguayos", por Nelson Acosta)
Año 1953
¡¡ Emergencia !! En un vuelo de prueba no baja el
tren de aterrizaje del TBM A-551
Para el año 1953 la dotación de los Avenger TBM había
sufrido algunas bajas. De acuerdo a esto encontramos que ya
para 1950 dos de estos aviones habían llegado a su último
vuelo.
El primero en plegar definitivamente sus alas había
sido el A-555 el 10 de agosto de 1950 al mando del T/N
Enrique Falco durante un vuelo de prueba. A continuación el
30 de diciembre le llegaría el turno al A-507 luego de
cumplir un vuelo en formación del cual diéramos detalles más
atrás en este artículo y en el que actuaría como piloto el
A/N Sarandí Araujo acompañado por S/O
H. Luna y el Mro. D.
Vignole. Al año siguiente el 8 de agosto de 1951 dos vuelos
uno de la base a Montevideo y el otro de regreso marcarían
el final del A-554 del mismo había participado como piloto
el A/N Gustavo Mestre quien había traslado hacia la capital
a los T/N Tagle y Garat.
Durante 1952 tres aeronaves serían
retiradas del servicio activo, la primera el A-557, último
vuelo el 1 de febrero al mando del C/C. Miguel Cabrera y
tripulado por el G/M S. Acosta y el Mro. Plada. El
siguiente el A-504 el 22 de agosto (cumpliendo la ceremonia
de recibir los destructores) al mando del A/N C. Bernet y
por último el A-556 el 16 de setiembre en misión de
patrullaje con el comando del C/C. Omar Aguirre acompañado
por el G/M E. Morassi.
Si bien estas aeronaves eran retiradas del servicio activo
continuaban permaneciendo dentro de la dotación con la idea
de ser recuperadas, pero la realidad era que las necesidades
de repuestos que a veces no llegaban en tiempo y forma,
obligaba al recurso de retirar parte de los equipos de
algunas unidades. De todas formas esto no podía llamar la
atención, ya que desde las primeras conversaciones
tendientes a la incorporación de este material se había
planeado contar con una tercera parte en orden de vuelo otro
tercio en reserva y el resto precisamente como fuente de
repuestos.
De todas formas los vuelos debían continuar y la dinámica de
años anteriores no se vería alterada. Durante el resto del
año 1953 se continuaría con diversos vuelos mayormente
dedicados al patrullaje, entrenamiento, ejercicios con
unidades de superficie y representando a nuestras alas
navales en la conmemoración de fechas patrias.
En el desarrollo de esto encontramos que
el 18 de mayo en conmemoración de una nueva fecha de la
"Batalla de Las Piedras" se envía una dotación aeronaval
integrada por cinco torpederos, tres cazas y un anfibio
J4F.
La misma estaba integrada por los
siguientes aviones y tripulantes:
J4F A-751 |
C/N Horacio Bogarín
C/C Miguel Cabrera como piloto |
|
|
TBM A-505
TBM A-503
TBM A-552
TBM A-501
TBM A-502 |
A/N S. Araujo A/N W. Aguirre T/N A. Torres A/N C. Meza A/N G. Mestre |
F6F A-404
F6F A-403 F6F A-401
|
C/C O. Aguirre
G/M J. Larralde
A/N H. Martini |
|
|

Otro de los hechos que se transformarían en algo inusual
durante aquel año estaría dado por la emergencia que durante
un vuelo de prueba pondría a prueba las habilidades de uno
de los pilotos asignados al grupo de aviones torpederos.
Desde el punto de vista de su seguridad ya durante los
vuelos en los cuales se había cubierto el traslado desde los
Estados Unidos a nuestro país se vivieron dos situaciones de
este tipo motivados por problemas en la correcta operación
del tren de aterrizaje las cuales afortunadamente se
superaron sin consecuencias para las aeronaves ni para
quienes las tripulaban. En el caso de la emergencia ocurrida
en nuestro país lo acontecido tendría características
diferentes pero de todas formas el final no encerraría una
tragedia.
El vuelo del que hablamos tendría como protagonista al
entonces T/N Gustavo Mestre quien debía cumplir aquel 21 de
julio de 1953 un vuelo de prueba a bordo del A-551. Dicho
TBM había salido recientemente de una inspección y se
hallaba pronto para su evaluación antes de entrar al
servicio normal para esto había sido designado el teniente
Mestre uno de los
oficiales más experimentados y que inclusive formara parte
de las dotaciones que durante 1949 y 1950 habían traído los
Avenger a nuestro país. Luego del decolaje las maniobras se venían realizando con
total normalidad no presentando ninguno de los diferentes
sistemas defectos en su correcto funcionamiento. Es así que
se llega al momento de volver a la base y se hace la
correspondiente aproximación a la pista, se dispone la
bajada del pesado tren de aterrizaje y en esto se comprueba
que el mismo no responde a los requerimientos del piloto
aeronaval.
La emergencia es comunicada a la base e
inmediatamente son puestos en alerta los elementos adecuados
para enfrentar este tipo de delicada situación. Todo se
intenta pero nada da resultado, en esa circunstancia decola
otro TBM el A-501 al mando del A/N Sarandí Araujo
acompañado por el S/O Eliseo Sosa, quienes desde el aire
verán de observar en una forma más directa el problema y en
esto buscar una respuesta a la emergencia.
Por fin luego de
algunos intentos negativos se decide volar hasta terminar el
combustible e intentar un aterrizaje sin el tren. Mestre
encara la pista auxiliar y apaga el motor la hélice es
ubicada en posición y el pesado torpedero poco a poco se
acerca.
En tierra el personal de la base aeronaval espera
ansioso el desenlace. El contacto es inminente, el piloto
aeronaval con todos sus sentidos y consciente del momento
apela a todos sus reflejos y experiencia y por fin se toca
tierra. La maniobra se logra con absoluta perfección y tanto
el piloto como la aeronave resultan airosos de la dura
prueba.
El alivio llega a todos y solo queda esperar el
resultado de la pericia técnica.

Ya finalizando el año se lograba dentro de los planes de
instrucción que dos oficiales más cumplieran su primer
"solo" a bordo de los Avenger. Se trataba del G/M José
Imizcoz en el A-558 y el A/N A. Da Costa en el A-501. Ambos
durante el 8 de octubre de 1953.
Año 1954
Una gran tragedia hace de 1954 un año de prueba para la
Armada Nacional y para la nación toda
Dos hechos marcarían aquel año y en ambos quedaría patente
una urgencia que en la historia de nuestras alas navales no
era novedad. Hablamos de la eterna carencia de recursos para
la realización -a veces básica- de las tareas que los
diferentes comandos debían cumplir.
En una parte anterior de nuestro trabajo decíamos que si
bien la disponibilidad de aeronaves se había visto
acrecentada en forma por cierto notoria no se había
contemplado de igual forma los recursos en personal y en
medios presupuestales adecuados para el mantenimiento y
operación de los elementos disponibles.
Todo esto en sí hacia mella a muchos niveles, y de alguna
forma quedaría en evidencia a raíz de dos visitas a la base
aeronaval de Laguna del Sauce del Consejero Nacional Dr.
Alvaro Vargas Guillemete, la primera en enero y la segunda
en marzo. Durante estas visitas, esta autoridad había recibido por
parte de los Guardiamarinas Rubén Chelle y Américo Noble,
informes de los cuales se desprendían numerosas carencias
que -en su mayoría- dejaban ver profundas limitaciones para
quienes debían desarrollar su carrera profesional, en esa
especialidad de nuestra Armada Nacional.
Luego de conocida esta situación por parte del Sr. Consejero
se procedió a elevar la problemática al Consejo Nacional de
Gobierno el cual inmediatamente solicito un informe completo
al Ministerio de Defensa Nacional. Cada carencia se había contemplado, por cada una existía una
inquietud por parte del comando, pero la realidad, económica
había obligado en cada uno de los reclamos a una respuesta
negativa.
Debido a todo esto y en el informe de respuesta
realizado se daba explicación a cada uno de los puntos
manifestados en el documento presentado por el Dr.
Guillemete
dejando en claro el estado de aeronaves, la disponibilidad
de servicios para la atención del personal de la base, y los
recursos necesarios para el mantenimiento de los mismos.
Desafortunadamente y pese a todo el revuelo los resultados
no fueron -de acuerdo a nuestro entender- en nada
positivos. Se siguió contando con los mismos recursos, y con
un penoso "archívese" que a los pocos meses una lamentable
tragedia se encargaría de condenar, lamentablemente con la
vida de un numeroso grupo de marinos militares y civiles.
El naufragio del pesquero "Isla de Flores"
en el Banco Inglés
El pequeño pesquero "Isla de Flores" era una de las tantas
embarcaciones que integraban la flota del S.O.Y.P. (Servicio
Oceanográfico y de Pesca). Como tantas veces aquel 4 de
agosto de 1954 iniciaba uno de sus habituales salidas de
pesca.
En sus 19
metros de eslora se notaba la febril labor de su
tripulación. Los pescadores José Amarillo, José Casal,
Víctor Sarría, Juan A. Gordiola y Alberto Baña cumplían con
las labores de cubierta. En el puente atento a la maniobras,
su patrón el Sr. Jerónimo Terra, daba potencia al motor que
celosamente controlaba el motorista Julio César Dotto.
Son
las últimas horas de la tarde . Con un poco de fortuna, el
Río de la Plata les daría un buen trato y una cosecha
abundante.
Luego de dos días en el mar, el patrón, piensa en el
retorno. El viernes 6, en las bodegas ya se acumula una
buena carga y una bruma que amenaza recomienda la vuelta al
puerto. En eso, y siendo las 10 de la mañana, una violenta
sacudida los sorprende en plena actividad. El casco por el
lado de proa, queda firmemente varado al traicionero Banco
Ingles.
Otra vez el peligroso lugar reclamaba para sí una víctima.
Sus aproximadamente 14 kilómetros de extensión, sus rocas y
bancos de arena -en algunas partes visibles y en otras
ocultas- hacían del lugar un punto sumamente respetado y
temido por todos los hombres de mar.
Se envía el mensaje de auxilio. Aún y pese a los golpes a
los que se ve sometido el pequeño barco no se nota ningún
rumbo en su casco. Son las 11.00 y el Sr. Lindoro Queirolo,
Presidente del S.O.Y.P. recibe el llamado comunicándole la
situación. Inmediatamente solicita el concurso de la
Inspección General de Marina.
El Inspector General de Marina,
Contralmirante José Carlos Correa, dispone la partida
del Destructor D.E.1 "Uruguay", al mando del C/F Fernando Fabbri. El tiempo se presentaba a
cada minuto más amenazador. Pese a disponerse la
intervención de unidades aéreas, éstas se habían visto
imposibilitadas de volar por las condiciones adversas del
clima.
A la llegada del Destructor se dispone enviar al rescate una
lancha que al salir, un violento golpe de mar casi hace
zozobrar. Se busca reforzar todas las precauciones y otra
vez se arriesga la partida. La dotación estaba formada por
tres oficiales: los T/N Carlos Machitelli Guianze, el A/N
Jorge Bidegain Barbarelli, y el A/N Américo Noble (el mismo
que a principio de ese año había motivado junto a otro
oficial la puesta sobre el tapete político de la situación
de nuestra Aeronáutica Naval), acompañados por el S/O Ortelio Rodriguez,
S/O Walter Marta, Cabo Melitón Duarte,
Cabo Juan C. Olivera, Cabo Luis A. Rivas y el Marinero
Joaquín Llorca Carneyro.
Aproximadamente a las 21.15 la partida lograba su propósito
y después de mil dificultades se acercaba al pesquero.
El
fuerte viento y el embracido mar se habían aliado en contra
del valiente grupo de rescate. La lancha del "Uruguay"
golpeaba furiosamente contra el casco del "Isla de Flores" y
mientras se analiza la situación se sufre un embate brutal,
y los motores reciben un torrente de agua que los detiene.
Los últimos marinos militares que aún permanecen abordo
deben, ante lo grave de la situación, pasar al pesquero. Por
fin la pequeña lancha se hunde.
Lamentablemente la tragedia envolvía ahora la valiosa vida
de los dieciséis hombres de mar. El "Uruguay" busca
acercarse lo más posible al ver lo apremiante de la
situación y en esa maniobra también queda varado en el
Banco Ingles.
A la 01.00 hs del día sábado 7 de agosto, el viento había
llegado a los 85 km. por hora. Toda operación de rescate era
imposible. A las 03.00 la radio había dejado de funcionar y
el pesquero se había inclinado peligrosamente a estribor. Los dieciséis marinos en cubierta resistían el frío, y unos
y otros trataban de superar lo terrible del momento que les
tocaba vivir. El T/N Machitelli da la orden de ajustarse los salvavidas y
buscar posiciones que los ayuden a esperar el rescate.
Todo
es inútil, el frío, el viento, el mar y el lógico
agotamiento hacen estragos. En la noche uno a uno los
ateridos marinos van perdiendo las fuerzas que los pueden
salvar y en forma lamentable sucumben ante la encarnizada
violencia del clima.
Al llegar el amanecer, del puerto de Montevideo parte el
Destructor "Artigas" dándole remolque a la lancha "Tala",
una embarcación privada de características muy marineras y
que con una tripulación militar intentaría una nueva
operación de rescate. A su mando el T/N Omar Murdoch, los
G/M Jorge Garrone y Guillermo Azarola, S/O Alberto de Los
Santos, S/O Miguel Ceballos, Cabo Ruben Porto, Motoristas
Gualberto Olivera y Adam Romero y Marinero Jorge Rosas y
Arquímedes Montes de Oca.
Mientras todo esto se lleva adelante, la Aviación Militar y
la Naval hacen un desesperado intento de lograr por aire lo
que por mar hasta el momento se ha vuelto infructuoso.

FAU 507 y el DE2 en la zona del
naufragio
ver:
El Naufragio del Isla de
Flores,
por Wilman Fuentes |
|
En
primer término el hidroavión OS2U-3 A-604 tripulado por el
T/N Luis Rivero acompañado por el T/N Luis Mario Ferreira
lanzan elementos de salvataje que pese a caer cerca del
pesquero no logran ser alcanzados por los agotados náufragos
también uno de los TBM de nuestra Armada el A-506 sobrevuela
la zona actuando como observador.
A las unidades navales se
sumaba un Douglas C-47 matriculado 507 al mando del entonces
Capitán Carlos Mercader, que de igual forma intenta hacer
llegar una balsa, pero se repite lo ocurrido en los
anteriores intentos. Al esfuerzo se suman un B-25
matriculado 154 y un T-6, el 334. Pero pese a todo la
conclusión es terminante: el rescate solo se puede lograr por
mar.
Los aviones habían logrado en dos
oportunidades lanzar los equipos de salvamento
al alcance de las víctimas. En uno de ellos el
Alférez Noble se había arrojado a las aguas, pero |
lamentablemente desbordado por el esfuerzo, debió abandonar
su propósito al ver que sus fuerzas solo le permitían volver
al semisumergido pesquero. Por otra parte el
amerizaje con los hidros Sikorsky se había visto frustrado,
eventualidad que se había intentado y descartado debido a la
violencia de las aguas, atendiendo la seguridad de las tripulaciones
y sus aeronaves.
A las 13.54 zarpaba del puerto la lancha "Tala" para lograr llegar a su
destino a las 18.30 hs. Finalmente el rescate se logra. Pero
la
penosa realidad golpea con toda su fuerza a la partida de
rescate: sólo tres hombres, uno de la Marina Militar, el A/N Américo Noble, y dos de los pescadores del "Isla de
Flores", el mecánico Julio César Dotto y José Casal Rojo, se
habían impuesto a la muerte.
En todo instante surgía la misma pregunta: ¿que habría
ocurrido si se hubiera contado con helicópteros?
El fatal acontecimiento se había consumado,
y el Estado, la prensa, el pueblo asistieron azorados al
sacrificio de los trece marinos, exacerbando la
sensibilidad de todos.
El Senado y la Cámara de Diputados designaban comisiones
investigadores, y todas las preguntas se dirigían al Ministro
de Defensa Nacional Esc. Ledo Arroyo Torres, quien alegaba
falta de recursos y a su vez aclaraba que la Fuerza Aérea y
la Aviación Naval tenían a estudio la adquisición de los
helicópteros.
Mucho se habló y mucho se discutió, y como corolario se
logró que durante 1955, ambas ramas aéreas de nuestras
Fuerzas Armadas recibieran cada una dos Helicópteros Bell
47G. De esa forma, nuestro país llegaba a cristalizar la
creación de un servicio que de haber existido antes de aquel
6 de agosto de 1954, habría salvado la vida de aquellos trece
heroicos marinos orientales.
|
Para nuestra Aviación Naval el hecho no terminaba ahí.
En los
días
inmediatamente posteriores a la tragedia se continuó
buscando
en nuestro mar los cuerpos de los desaparecidos,
participando
en esto los TBM A-501 al mando del T/N Luis
Rivero y
el A-506 al mando del A/N José Imizcoz,
penosamente sin resultados positivos. |
El trago amargo debía asumirse y continuar el camino. Es así
que durante 1954 dos pilotos de nuestra Aviación Naval
llegaban a su primer "solo" dentro de su formación como
pilotos de torpederos. Hablamos de los A/N F. Sangurgo y
Germán Clavelli, ambos durante el 23 de febrero de 1954 a
bordo del TBM 502. El primero de 15:18 a 16:18 y el
segundo de 16:44 a 17:34.
Cerrando el año, el 11 de diciembre se realiza una
demostración frente al hangar de la base aeronaval, la misma
esta a cargo de cinco de nuestros Avenger los A-506 con el
A/N Mayo Villagran, el A-502 con el A/N H. Musto, A-552
A/N J. Maggiolo, A-503 A/N L. Rivero y A-558 con el A/N
J. Barcena.
Ese día y frente a un grupo de invitados se simularía un
ataque torpedero. La operación se haría justo frente a la
gran planchada que se encuentra ubicada entre el hangar de
mantenimiento y el espejo de agua de la Laguna del Sauce.
Uno a uno los TBM hacían su aproximación y casi a ras del
agua abrían los compartimentos para soltar en forma simulada
el elemento que en esencia caracterizaba el ejercicio. Luego
de esto y en vuelo por demás bajo se recuperaba con toda la fuerza del poderoso motor la pesada
aeronave.
Todo muy bien pero en una de estas maniobras el
vuelo bajo es tan pronunciado que la hélice del Avenger
A-506 del A/N Villagran toca la superficie de las
tranquilas aguas. Como es de imaginar el golpe deja sus
consecuencias y esto hace temer un problema mayor, pero
afortunadamente esto no se da y milagrosamente las
previsibles vibraciones no alcanzan para poner en riesgo las
estabilidad de la aeronave y la vida de la tripulación
aeronaval.
Por último y como hecho de destaque debemos agregar
la realización de un desfile el 17 de diciembre con la
participación de las unidades que se detallan:

|
A-401 T/N H.Martini
A-406 A/N J.Larralde |
A-501 A/N L.Rivero
A-502 A/N M.Villagran A-503 A/N H.Musto |
A-552 A/N J.Maggiolo
A-558 A/N J.Barcena A-508 A/N J.Imizcoz |
A-753 G/M R.Invidio |
A-201 G/M A.Sierra
A-203 G/M S.Acosta |
Año 1955
Los sucesos en la República Argentina obligan a la
movilización de nuestros medios aéreos
El año de 1955 estaría marcado por algunos sucesos
afortunadamente no comunes en la historia de nuestras alas.
Hablamos de tareas en las cuales nuestras aeronaves cumplían
misiones enmarcadas dentro de lo que podríamos llamar
puramente de defensa de nuestra soberanía.
Ya durante los
años finales de los años 30 nuestra Aviación Militar se
había preparado ante una eventual intervención frente al
arribo del Crucero Alemán "Admiral Graf Spee", y más adelante
y ya en los años cuarenta, nuestros "Sikorsky" armados a guerra
habían cumplido con intensidad los vuelos de vigilancia de
nuestras aguas
jurisdiccionales. |
|

ver:
"Los Potez XXV contra el
Graf Spee"
por Pilotoviejo |
En
1955 la Argentina, nuestro país vecino, vivía momentos de
intensa movilización debido a una serie de eventos que
tendrían un final marcado por la irrupción de un movimiento
militar que llevaría a la renuncia y posterior exilio del
Gral. Juan Domingo Perón. El primer indicio de todo esto se
había producido el 16 de junio cuando una fuerza de la
Armada Argentina formada por efectivos de la Infantería y de
la Aviación Naval se habían sublevado contra el Gobierno.
Dicha acción que las crónicas de la época señalan como
desesperada tuvo como foco central un ataque a la Casa de
Gobierno por parte de los infantes, mientras que el
componente aéreo bombardeaba la Plaza de Mayo causando
numerosas muertes entre los civiles.
Finalmente el Presidente Perón logró escapar, y los
sublevados, al no contar con el apoyo de fuerzas mayores,
debieron deponer las armas.
Por su parte nuestro país las previsiones
ante estos eventos habían
comprometido los elementos de las tres armas, y esto no
había sido en vano, ya que aquel 16 de junio casi una
treintena de aviones rebeldes en fuga, habían buscado
como refugio nuestro territorio, culminado sus vuelos en
forma mayoritaria en el Aeropuerto de Carrasco y en algunos
casos en los Aeródromos de Boiso Lanza y Melilla.
Cabe señalar que uno de estos
aviones había sido
interceptado por dos de nuestros cazas F-51 de la Fuerza
Aérea tripulados por el Tte. 1ro. Gabriel Sigillito y el otro por
el Alf. Juan Maruri. Se trataba de un anfibio PBY-5 "Catalina", el
cual al aterrizar en Carrasco, venía con un tripulante
herido, presentaba un plano con una perforación, así como
una bomba de 100 libras no desprendida.
Las medidas de seguridad se mantendrían por una semana más y
en ellas nuestra Aviación Naval utilizaría las aeronaves TBM A-558, A-508 y A-502, junto al J4F A-751 y
el SNJ A-251, encargadas del control de nuestro litoral
entre los departamentos de Colonia y Paysandú. Si bien la situación en el vecino país se había controlado,
esto fue muy transitorio, y durante el mes de setiembre se
agravó. Otra vez las fuerzas militares se sublevaron pero
esta vez con mayor unidad, y fue así que durante la llamada
Revolución Libertadora se logró la caída y posterior exilio
del Gral. Juan Domingo Perón. En esta instancia nuestras
fuerzas armadas si bien mantuvieron un estado de alerta no
se vieron tan exigidas como en el movimiento anterior del
mes de junio.
Desde el punto de vista de las tareas habituales,
durante aquel año nuestros aviadores navales habían
participado el 1 de marzo en un desfile aéreo en el
cual se había rendido homenaje a las nuevas autoridades de
gobierno, que asumían los destinos de la República aquel día.
Esta formación sería hasta nuestros días la más numerosa en
la historia de nuestras alas navales, y estaba integrada por
el J4F Widgeon, 3 Kingfisher, 3 SNJ Texan, 6 TBM Avenger
y 6 F6F Hellcat, con las matrículas que se muestran en
la siguiente imagen.

En
otro orden, se habían sumado diversas misiones en las cuales
se apoyó la lucha para la represión del contrabando, y en el
área del mantenimiento uno de los TBM se adaptó para la
fotografía aérea. En esto último encontramos que durante los
días 18 de octubre y 31 se cumplen dos misiones de este tipo
utilizando el A-508, la primera con una tripulación formada por
el T/N Celestino Meza acompañado por el S/O Nelson Guerín
y A/N J. Barcena, y la segunda al mando del A/N J.
Barcena, S/O Nelson Guerín y Mro. N. Rotela.
Finalmente
durante el mes de noviembre se realizan vuelos al Dpto. de
Paysandú con una formación integrada por un J4F A-751, tres
TBM A-552, A-508, y A-505, y tres Cazas F6F, los A-401, A-403 y
A-452.
Durante aquel año otros TBM habían pasado a engrosar el
grupo de los fuera de servicio, entre ellos el A-506 que
luego del vuelo del 11 de diciembre de 1954 en el que tocara
con su hélice la superficie de la laguna no sería
recuperado. A este se sumaría el A-503 luego de un vuelo de
prueba realizado el 1 de marzo de 1955 al mando del A/N H.
Musto, y por último el A-501 el 18 de junio con una
tripulación formada por el A/N J. Imizcoz, Mro. V. Cardozo
y Mro. W. Rotela durante una misión especial.
Año 1956
La era de los TBM Avenger, se acercaba a su fin y 1956
traería consigo el detonante. Durante aquel
año nuestra Aviación Naval incorporaba el primero de tres
hidroaviones bimotores PBM "Martin Mariner", verdaderos
buques voladores con gran autonomía y sumamente aptos para
la patrulla marítima y la lucha antisubmarina.
Por esto y ya con una dotación en orden de vuelo de seis
unidades se realizan las últimas misiones con los torpederos
TBM de nuestras alas navales.
En febrero un grupo de nuestros aviones concurre a la
República Argentina, más precisamente al balneario de Mar del
Plata. El motivo era que, ya con un nuevo gobierno y viviendo un
clima de más tranquilidad, la armada del vecino país
realizaba el día 18 de ese mes una revista naval de la cual
participarían numerosas unidades de su flota de mar, así como
aeronaves de la Aviación Naval. Nuestra Armada había sido
invitada y participaba con los Destructores DE1 "Uruguay" y
DE2 "Artigas" y una formación aeronaval integrada
por el Grumman J4F A-751 al mando del C/F Miguel Cabrera,
los Hellcat A-401, A-406, A-403 y A-453 con los Tenientes
de Navío Hugo Martini, Luis Rivero, Washington Aguirre y José Larralde,
y el Avenger TBM A-553 con el T/N Ruben Chelle (como apoyo).

La incorporación del hidroavión PBM
Martin Mariner A-810
El 2 de mayo de 1956 se cumplía la
última etapa de otra misión de transporte de
material aéreo para nuestra aeronáutica naval. De
ella participaban los siguiente oficiales y personal
del Cuerpo de equipaje: C/C. Sarandí Araújo, C/C.
Claudinet Bernet, T/N Duilio Bracciale, T/I.
Carlos Garat, S/O S. Romero, H. Gomez, Antonio
Suarez, H.Luna, J. Pirez, y M. Martínez, Cabo D.
Sosa y D. Alvarez y el Marinero B. Pereira.
Esta tripulación había sido la
encargada de traer desde los Estados Unidos el PBM
A-810, y a su arribo al país sería recibido por una
formación de aviones navales que le darían escolta
hasta la base aeronaval de Laguna del Sauce.
Los aviones y tripulaciones
encargadas de esto eran los que siguen: los F6F
A-406 con el T/N L. Rivero
y el A-453 al mando del A/N A.
Sierra. Por su parte los
veteranos TBM formaban junto a los cazas
con el A-505 del A/N José Larralde y
el A-553 pilotado por el A/N Ruben Chelle.

(Ver:
"Los Botes Voladores Martin
Mariner PBM en la Aviación Naval Uruguaya",
por Nelson Acosta) Esta
sería la última vez que los aviones TBM
participarían en un
vuelo de trascendencia. A partir de esa fecha llegarían las
últimas ocasiones en ser utilizados dentro de nuestra
aeronáutica naval.
El 24 de agosto
cumpliría con su última misión el A-502 en un vuelo de
prueba, bajo el mando del T/N Luis Rivero. Al año siguiente
se registra el final de las siguientes aeronaves:
avión |
fecha |
Tripulación |
Misión |
A-552 |
10 de abril 1957 |
A/N J. Barcena Mro. R. Rivero Mro. E. Otero
|
Entrenamiento |
A-508
|
11 de abril 1957 |
A/N J. Barcena Cabo W. Rotela Mro. A. Machado |
Vuelo
en formación con A-558 pilotado por A/N M. Villagrán |
A-505
|
2 de mayo 1957
|
A/N J. Maggiolo Mro. Arambure |
Entrenamiento |
A-558 |
15 de mayo 1957
|
T/N L. Rivero Cabo. W. Rotela Mro. J. Rodriguez |
Entrenamiento |
Y por fin el Avenger TBM A-553 con una tripulación formada
por el A/N J. Barcena, Cabo W. Rotela y Mro. R. Rivero,
cumplen durante un vuelo de entrenamiento desde las 11:13 a
las 12:19 del 5 de junio de 1957, la última operación con
este tipo de aeronaves en nuestra Aviación Naval.
Apuntes finales a la historia de nuestros torpederos
Avenger TBM
Según el acta no. 75 del 6.de noviembre de 1957, se daba de
baja los TBM matrículas A-506 con 162.40 hs., A-551 con 110.30 hs., A-504
con 71.35 hs., A-555 con 76.20 hs., A-557 con 105.40 hs., y el A-554 con
89.25 hs. Al año siguiente y por las actas numeradas del 95 al 104 del
23 de octubre se retiraban del servicio activo el resto de
los torpederos: los A-501, A-502, A-503, A-505, A-508,
A-558, A-507, A-552, A-553 y A-556.
De los Avenger, y como en otros casos,
no quedó ningún vestigio material, si bien en un
primer momento algunas cosas se salvaron de terminar como
chatarra -inclusive se donaron motores a centros de estudio
de la zona- al tiempo estas también se perdieron.
Quizás el caso
más triste fuera el del
A-508, que fuera donado completo al
Museo Aeronáutico por el acta No. 106 del 6 de noviembre de
1958. Lamentablemente y vaya a saber el por qué, este avión
no se mantuvo dentro del acervo del Museo.
Una pérdida más para
nuestra historia, y una señal para hacernos ver que este
hecho quizás justificado o no, nos ha privado a nosotros y a
los que vengan después, de un derecho, el de apelar no solo
a la memoria de los protagonistas o al papel escrito, si no
también, a los objetos materiales que ellos utilizaron.
Números de serie:
Para cerrar este trabajo y seguros de la importancia que a
este dato le sabrán dar muchos de los lectores, debemos decir
que tuvimos acceso a el libro de actas que nuestros marinos
llevaron durante su permanencia en los Estados Unidos
cumpliendo las tareas de recuperación de las aeronaves que
motivaron este artículo. En el figuran los No. de Serie de
los dieciséis TBM, información de suma importancia para en que en
otra etapa de nuestro trabajo lleguemos a conocer el
desempeño de nuestros aviones durante su servicio en las
fuerzas armadas del país del norte. Dicha numeración no debe
tomarse en cuenta como la del conocido Bureau Number sino
como el correspondiente al señalado por el fabricante.
avión
No. Serie |
|
avión
No. Serie |
A-501 |
2815 |
|
A-551 |
2868 |
A-502 |
2381 |
|
A-552 |
2334 |
A-503 |
1090 |
|
A-553 |
644 |
A-504 |
2660 |
|
A-554 |
69481 * |
A-505 |
2225 |
|
A-555 |
2567 |
A-506 |
1952 |
|
A-556 |
1589 |
A-507 |
2821 |
|
A-557 |
2777 |
A-508 |
2045 |
|
A-558 |
1966 |
* El A-554 era un modelo TBM 3-E, más moderno
que sus pares modelo TBM-1C
Esquemas usados:

Ilustraciones y descripción de colores de
Eduardo Luzardo
Ficha Técnica:
Fabricante: Eastern Aircraft Divission de la General Motors
(bajo licencia de Grumman) Motor: Wright R-2600-20 Cyclone
1900 hp Envergadura: 16,51 m Longuitud: 12,19
m Altura: 5 m Peso máximo: 8.278 kg Velocidad: 430
kph. Alcance máximo: 4.072 km (con tanques
auxiliares)
Armamento:
3 ametralladoras
1 torpedo (en el interior del
fuselaje) 3 estaciones subalares para bombas o cohetes
(No se llegó
a utilizar armamento en los TBM uruguayos)
Tripulación:
Piloto
Artillero
Operador de Radar y Radio
Fuentes
Bibliografía
Biblioteca Nacional: diarios El País, El
Plata, El Diario, El Debate, La Tribuna Revista Barlovento
año 1956 "Aviones de Guerra" No. 85 abril 1989 "Bombarderos 1939 - 1945" por Kenneth Munson
"Aviones de todo el Mundo" por Enzo Angelucci, Paolo
Matricardi Libros de vuelo de la Base Aeronaval No. 2 C/C Carlos A.
Curbelo
Entrevistas
C/N. Sarandí Araújo C/N. Adhemar
Torres C/N. Celestino Meza C/N. Gustavo Mestre C/N. Miguel Cabrera C/N. Omar Aguirre C/N. Oscar
Llorens C/N. Matías Scherschener S/O Valentín
Dábila S/O Platón Rey S/O
Luciano Viñoly
Agradecimientos
Al Comando de la Aviación Naval Sr. C/N. Juan P. Trabal Flia. del S/O
Eliseo Sosa
Fotografías de las colecciones de:
C/N Juan Trabal C/N Sarandí Araújo
C/N Adhemar Torres
Eduardo Luzardo Nery Mendiburu Germán Cabrera
Perfiles: "Los Cerovaz"
Diseño y edición web: Pilotoviejo
copyright 2007 Memorias del Tiempo de Vuelo
publicado en Memorias del Tiempo de Vuelo
www.pilotoviejo.com en junio de 2007
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