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Rescate en el Mar
El
15 de noviembre de 1963 se festejaba el Día de la Armada, por lo que una
formación aeronaval despegó de Laguna del Sauce, y sobre el Río de la
Plata puso rumbo a Montevideo, para sobrevolar la Plaza Virgilio, clásico
lugar de los homenajes a los marinos uruguayos caídos en actos de
servicio. Encabezaba la formación el A-811, un Martin PBM-5 Mariner, con
el C/F Luis Rivero como piloto y el C/C Luis Chiaparro como copiloto.
Una fuerte tormenta había azotado la región
durante el día y la noche anteriores, y si bien las condiciones
meteorológicas estaban mejorando, persistían algunas lloviznas, gran
oleaje y fuertes vientos.
Cuando
el escuadrón estaba próximo a la desembocadura del Arroyo Solís, y sin
mediar ninguna advertencia radial, el A-254, un SNJ de los que integraban
la formación, comenzó un viraje descendiendo hacia el mar. Los
tripulantes del A-811 vieron como los tripulantes del SNJ, su piloto el
C/C Mayo Villagran y su acompañante GM Néstor Mileniczuk, saltaban
sucesivamente abriendo sendos paracaídas.
A pesar de las pésimas condiciones, el
Martin Mariner acuatiza en el turbulento río, y navegando en retroceso se
aproxima al único tripulante que se encuentra a la vista en la superficie
del mar.
En
esos momentos, llega a la escena un helicóptero de la Fuerza Aérea, un Bell
47 tripulado por el Mayor Juan Dobrich y el Capitán Luis Duarte. Una
cuerda cuelga del helicóptero que desciende hasta el nivel de las olas
intentando el rescate del aviador que flota en el agua, pero, súbitamente,
un golpe de mar alcanza el rotor de cola del Bell, que se desploma en el
río. Ambos pilotos logran salir del aparato, e intentan cubrir
nadando la distancia hasta el PBM, pero, sin chalecos salvavidas, no lo
logran, desapareciendo bajo la superficie.
Del
PBM se arría una balsa de goma, y se lanza a las aguas un hombre rana, el
Marinero Efrain Salim, que volaba como tripulante extra, el que ayuda a
subir a la balsa amadrinada al hidro al Guardiamarina Mileniczuk,
virtualmente congelado y en estado de shock.
Desde el A-212, un TC-45 que permanecía
sobrevolando la zona del desastre, se informa que no hay ninguna otra
señal de vida en la superficie del río. Mileniczuk será el único
sobreviviente de los cuatro aviadores que ese día cayeron al mar.
Como el fuerte oleaje hace muy peligroso
intentar el despegue, el C/F Rivero conduce en retroceso al PBM hasta la
costa cercana, donde lo embica en la playa. Cuatro días más tarde,
se logra zafarlo de la varadura que registra la foto, y el Martin Mariner
despega regresando a su base en Laguna del Sauce.

(redactado por Pilotoviejo sobre la base del
texto
de la carta del Capitán de Fragata (CG)
Luis N. Rivero,
publicada en el No. 28 de la Gaceta de
la Aviación,
de diciembre de 2002) |