PROLOGO


 

José Berastegui es muy probablemente el piloto de la Fuerza Aérea Uruguaya con más horas voladas en aviones monomotores y de combate.  La unión entre sus excepcionales virtudes para el vuelo y los muchos miles de horas acumuladas en el aire, lo han convertido en actor y testigo de infinidad de sucesos aéreos que merecen ser contados. (ver "El 333 y el Pájaro")

En esta historia de Tigres y Cuervos es uno de los protagonistas principales: el líder Cuervo Uno.

 

Pilotoviejo    

 

 

Año 1978.  El Grupo 2 aún tenía su asiento en la Brigada Aérea I, y contaba con un inventario operativo de 5 T-33 y 8 A-37...


 

Con motivo de la visita de las respectivas Escuelas de Comando y Estado Mayor del Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea, se le asignó al Grupo de Aviación N° 2 Caza la realización de un ejercicio aéreo por parte de un escuadrón “Cuervos” integrado por 4 A-37 y 4 T-33, en las que cada una de las dos escuadrillas operando en forma independiente, volaron a mínima altura hacia sendos objetivos primarios, y retornaron a un objetivo secundario común, la Brigada Aérea I, la que fue "atacada" alternativamente y en forma sostenida por cada escuadrilla, con padrones de ataque tácticos tipo “rueda de carro”, todo ello comandado desde Operaciones del Grupo donde operaba un CCC, habiéndose restringido por tal motivo el espacio aéreo sobre el aeropuerto de Carrasco mientras duró el ejercicio.

Terminado el mismo, el escuadrón se reunió en una linda formación con los cuatro Sapitos en rombo al centro y con dos Tangos en ala a la izquierda y los otros dos en ala a la derecha. Desenganchamos de la frecuencia del Grupo y pasamos a trabajar en 118.1 con la Torre de Carrasco.

A partir de allí le dimos a los pasajes bajos sobre instalaciones sin ningún tipo de miramientos, y siempre atendiendo pedidos del público presente.

Es en éste momento que necesito presentar a un personaje que pasaría a ser el gran protagonista de este relato, y que fué don José "Pepe" Peña, que  en ese momento se encontraba operando de torrero en Carrasco.

El "Pepe" Peña siempre fue un gran tipo.  Era la voz del amigo que dejaba tranquilo a cualquier piloto que estuviera manejando una situación difícil.  Fue uno de los pocos que manejando el primer radar experimental nos trajo a pista con meteorología adversa cuando en Carrasco sólo se contaba con un par de NDB para revolverse.  Era la persona que reconocía por la voz a cada uno de los pilotos tanto militares como civiles y que, dentro de lo correcto de sus reportes, al inicio de nuestros vuelos siempre nos identificaba con la primera letra de nuestro apellido y nos deslizaba su clásica frase:

- pero Bravo... ¿nuevamente poniendo en riesgo vida y material?

Demás está decir que el "Pepe", con toda la actividad aérea que se había producido, estaba loco de la vida, y cualquier cosa que le solicitábamos nos las autorizaba adornando sus reportes con sus dichos siempre jocosos y siempre respetuosos.

 

En cierto momento estábamos sobre Isla de Flores a mínima, y me propongo realizar un pasaje bajo sobre la Escuela Militar de Aeronáutica (EMA), para lo cual reporto a Carrasco esa intención y le solicito cambiar de frecuencia 118.1 a 126.2, lo que me es autorizado.

En 126.2 reporto:

- Artigas Torre. Cuervo y escuadrón a ocho aviones sobre Isla de Flores a mínima altura, solicita pasaje bajo sobre instalaciones con rumbo norte.

Y me contestan:

- Autorizado pasaje, reporte treinta segundos antes del mismo.

Segundos después reporto:

- Artigas Torre, Cuervo y escuadrón a treinta segundos del pasaje.

Y la respuesta:

- Cuervo autorizado pasaje con rumbo norte.

En ese momento veo a la derecha y adelante una escuadrilla de cuatro T-41 en rombo que procedía desde el este iniciando un pasaje sobre la EMA con rumbo oeste... a la misma altura que nosotros !!

Y desde un T-33 ubicado en ala a la izquierda me pegan el grito:

- Cuervo Uno de Cuervo Cinco, formación a la derecha a las dos, misma altura.

Era la voz de Oscar “Estribo” Lumillo, normalmente de particular voz gruesa, pero que en ese momento me sonó algo aflautada... ¡¡ Era lógico que con lo que estaba viendo se le descorrigiera el transmisor !!

Enseguida otro reporte con voz de urgencia:

- ¡¡ Cuervo de Tigre !! ¿me tenés a la vista?!!

A lo que contesté con la voz más calma que pude encontrar:

- Tigre de Cuervo, te tengo a la vista, levantá que nosotros bajamos.

y para el escuadrón:

- Cuervos !! ...achatamos !!

El pasaje salió perfecto.  Cruzamos simultáneamente sobre la EMA los 12 aviones, Tigres por arriba, Cuervos por debajo, en un pasaje de esos que si uno los planifica con tiempo no salen tan bien.  Eso sí, mirando hacia un lado y hacia el otro se veían las cabinas bien alineaditas, ala metida con ala, y se adivinaban las mandíbulas bien apretadas de toda la barra...

A partir de ahí el torrero de la EMA se descontroló.  Y me sonaba una voz totalmente distinta a la que había autorizado el pasaje la que ahora me decía que lo había efectuado sin autorización, etc, etc. 

Entonces intervino el Tigre Uno, Wladimir Tuley, experimentado instructor de la EMA, diciéndole al enojado operador que sí, que Artigas Torre había autorizado tanto el pasaje de unos como de otros.  Yo por las dudas me quedaba callado porque no se entendía nada.

Para completar, le solicito a la EMA:

- Artigas Torre, Cuervo y escuadrón sobre San Jacinto a mínima altura. ¿Me autoriza pasaje bajo sobre instalaciones de EMA a mínima con rumbo sur?

Creo que ahí lo terminé de descolocar al pobre torrero, porque ya con una voz más apagada me lo autorizó.

Realizamos el pasaje, y de allí seguimos para Carrasco, donde aterrizamos y concluimos el vuelo.

Pero cuando estábamos rodando para el estacionamiento, y los integrantes de la formación aún no entendíamos que era realmente lo que había provocado el cruce de las dos formaciones, el "Pepe" Peña en 118.1 me dice:

- Cuervos frecuencia.  Bravo: ¿puede venir luego conmigo telefónicamente?

Y ahí empecé a olfatear que le estábamos encontrando la pata a la sota.

Cuando más tarde lo llamo a Peña, éste me explica que cuando estábamos sobre Isla de Flores y le pido pasar a 126.2 para pasar sobre EMA, él me sigue en la frecuencia, y también pasa de 118.1 a 126.2, ya que no había otro tránsito, y es él quién me autoriza ese pasaje, pensando que lo íbamos a hacer sobre Carrasco, y que en el entusiasmo cometió un par de pifias que después no pudo arreglarlas por la rapidez con que se dieron los acontecimientos.

 

Después vinieron las conversaciones entre las Unidades involucradas, y el llenar los correspondientes Informes de Situación Riesgosa. 

 

Queda de la anécdota el hecho de que cuando las papas queman,
hasta cuervos y tigres se ponen de acuerdo.

 

José Berastegui “Cuervo”

    



Esta historia se publicó en Memorias del Tiempo de Vuelo el 6 de enero de 2007      

Gráficos y edición web: Pilotoviejo